Ya está, se acabó el descanso y toca volver, otra vez a lo mismo. Vamos, no dejes pasar ni un minuto más, la evitación sólo retrasa el inevitable momento de salir de la cama y te resta minutos de vida y aún peor: aumenta el riesgo de que te vuelvas a dormir y acabes levantándote más tarde de lo que te habías propuesto. Tu quieres levantarte temprano. Es desagradable, lo sé, joder te comprendo… Salir de la cama es la primera gran batalla. Pero tú quieres levantarte al amanecer. No lo deseas… pero lo necesitas. Levantarte al amanecer es una necesidad biológica que tu cuerpo espera para funcionar correctamente, cumplir con la rutina es cumplir contigo misma.
Pero es que además, por más desagradable que sea, quieres hacerlo porque sabes que es lo correcto, porque madrugar, habiendo descansado suficiente, sólo puede traerte beneficios. Y empezar el día bien aumenta la probabilidad de éxito. Empezar el día bien es hacerte un favor que sólo tú puedes hacerte, un favor muy grande y muy valioso. Quiérete y protégete, que lo malo llega y te arruina el día si no estás preparada. Vamos, en pie y a comenzar con la rutina.
Ahí tienes tu amanecer, te lo has ganado. El cielo brilla y se viste de preciosos colores para ti y para todos aquellos que han librado la primera batalla y han salido (de la cama) victoriosos. Disfrútalo, es la celebración épica de tu primer triunfo del día. Lo petas, tía.
El mundo bosteza y va despertándose ahí afuera y tú tienes que espabilarte también, así que vamos, aléjate un poco de la ventana y a por la segunda rutina del día: hay que explicarle al cuerpo que se tiene que poner en marcha, que si no haces nada y no te mueves no se entera.
Estira bien los músculos y haz bien la técnica, no te relajes, no lo hagas a medias. Sólo tienes esta oportunidad el día de hoy y no cuesta tanto, te arrepentirás si no la aprovechas al máximo. Lo difícil es ponerse, hacerlo bien no exige tanto, sólo es un poquito de esfuerzo más… y a cambio tendrás mucha más satisfacción personal. Busca tu máximo y no te conformes con un mínimo pobre por comodidad y desgana. Hacerlo bien es otro favor para ti misma, quiérete joder, conformarte con menos es quererte poco y mal. Cumplir ya es un éxito, sí, estamos de acuerdo… pero buscar la mejora a través del esfuerzo es quererte. Duele, es incómodo, cansa… es duro… pero tiene recompensa. Nada nuevo, esta canción ya te la sabes. Lo has convertido en tu himno. Buscar la comodidad te vuelve débil, lo contrario fuerte (antifrágil). Venga, que ya lo tienes, persevera, sigue luchando. Es media hora sólo y luego te sentirás mejor. Tu cuerpo te agradecerá tus cuidados y miramientos. Y si no puedes hacerlo a tope hoy, no pasa nada, que lo harás mañana. Hazlo como puedas y sé comprensiva contigo misma. Eres humana, no te sobreexijas, que exigir de más puede agotar todos tus recursos si te descuidas… y así no vamos. Hay que avanzar con firmeza no ir a rastras. Date el respiro que consideres, sin remordimientos. Otro día más y mejor.
Ya está. Rutina acabada y tienes todos tus músculos, ligamentos y articulaciones preparados para funcionar al unísono y permitirte hacer lo que les quieras pedir. Ahora pídeles, no les defraudes. Tú les has llamado, tú les has pedido que se activen y se preparen para ser usados. ¡Pues úsalos! ¡Muévete! Sal ahí fuera y haz saber al mundo de tu existencia. Sal de la cueva y enfréntate al frío y al resto de inclemencias del exterior. Va, que aún tienes que cumplir con esta otra rutina antes de permitirte relajarte y arrellanarte cómodamente en tu sofá con una taza de café calentito en las manos, así que venga, cuanto antes salgas, antes llegará el momento.
Última rutina de la mañana: un paseo rápido para terminar de espabilar al cuerpo. Y ni se te ocurra coger el ascensor… ¡usa esas piernas a la ida y a la vuelta que están más que dispuestas y con ganas de guerra!
Esta entrada nace en realidad porque me apetecía escribirme un speech de motivación como sugieren en Entrena como un héroe en su entrada Hoy empieza tu vida: cómo empezar el día con motivación. Al final más que un discurso motivador, a mí me ha salido algo más parecido a una descripción de mi recientemente estrenada «Morning Routine Before Coffee» (así la anoto en la agenda cuando cumplo con ella), un hábito que me he propuesto adquirir este año y llevo cumpliendo casi a rajatabla desde el 1 de Enero.
Hacerlo un «Propósito de año nuevo» no es más que una excusa que he usado para poner en marcha la adquisición de un hábito sano que quería que formara parte de mi forma de vida de forma consistente. Las oportunidades hay que usarlas y esta estaba en mi mano. Puede ser una costumbre estúpida por mil motivos y que eso te genere rechazo… pero lo realmente estúpido es no aprovechar una oportunidad que puede conducirte a una mejora personal y un mayor bienestar porque te lo impide el rechazo y los prejuicios.
Moralinas mías a parte, espero que os haya gustado mi speech personal (aún no sé si me lo grabaré o no para escucharlo por las mañanas, la verdad…) y os recomiendo visitar la entrada que os he enlazado arriba y escuchar el discurso de ejemplo que comparten, se lo han currado mucho y creo que puede ser fuente de reflexión y potencial mejora personal para quienes se acerquen por primera vez a ciertas ideas y conceptos que contiene y también será del agrado de quienes, como yo, disfrutemos reencontrándonos con ellas con frecuencia y en diferentes formatos.