Nosotras

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Somos dos treintañeras casadas. Nos une la amistad desde el 2003, año en que empezamos a cursar la carrera de Biología en la Universidad de Alicante y nos conocimos. Al acabarla, allá por el 2008, nos mudamos a un piso de alquiler y empezó nuestra historia de pareja. Cualquiera que nos hubiera conocido en aquella época nos habría calificado rápidamente como frikis, heavys, naturalistas, ecologistas y aficionadas al senderismo. Quizá alguno se atreviera a decir que debíamos de ser músicas, porque no era raro vernos en el césped de la facultad amenizando las clases a los compañeros con algún instrumento. «El que tuvo, retuvo» y mucho de esas rígidas clasificaciones aún se podrían ajustar a nosotras actualmente… pero ni mucho menos nos pueden definir por completo. Y es que con los años hemos cambiado… y mucho. Aquellos gustos, aficiones e intereses de entonces se han ido diluyendo, diversificando, ampliando… y en definitiva, volviéndose cada vez menos pasionales.

Tras obtener la licenciatura y vernos sin opciones laborales en nuestro campo, decidimos invertir tiempo, esfuerzo y ahorros en adquirir formación y experiencia en un ámbito diferente: el mundo del perro. Escogimos el adiestramiento comercial y la modificación de conductas indeseadas y explotamos esta opción laboral durante algunos unos años, ofreciendo nuestros servicios a domicilio en toda la provincia. No fue tan rentable como hubiéramos deseado, ni en el ámbito económico ni en el personal, así que, antes de que las deudas nos terminaran de asfixiar decidimos abandonar dicha opción y buscar aguas más tranquilas en el mercado laboral actual.

Siempre nos habíamos sentido atraídas por Cataluña y, ante la falta de opciones laborales en nuestra esquilmada y maltratada Comunidad Valenciana decidimos emigrar y probar suerte aguas arriba. Gracias a una buena amiga en común que nos ofreció una habitación libre en su piso de alquiler de forma desinteresada, una de nosotras pudo estar un tiempo haciendo entrevistas y buscando trabajo en Barcelona ciudad. No tardó en encontrarlo, afortunadamente, en un pueblecito cercano y bien conectado. Un par de meses después ya estábamos establecidas las dos y los peludos (dos perros y una gata) en el Baix Llobregat con sendos contratos fijos en el sector servicios y viviendo en un piso de alquiler, a 15 minutos del trabajo en bici o transporte urbano.

Comenzó entonces una etapa de nuestra vida en la que, la seguridad y la estabilidad económica permitió que invirtiéramos tiempo y esfuerzo en obtener el máximo de bienestar y salud. En ese momento, fruto de la necesidad de compartir con nuestros seres queridos y con todo aquel que pudiera estar interesado algo de nuestra vida y el bienestar que nos procuraba nuestros esfuerzos, nació esta página (te lo contamos  con más detalle en POR QUÉ)

Tiempo después, durante nuestras vacaciones en el pirineo aragonés vimos a unos chicos en una furgo camper y se nos encendió la bombilla a ambas: eso era justo lo que necesitábamos. Pagadas todas las deudas y «asegurada» la entrada de dinero, comenzamos a ahorrar más en serio y a empaparnos del mundo camper. Al año siguiente llegó Temeraria, nuestra primera camper. Una dragona capaz de volar entre puertos de montaña (a nuestros ojos) y una Renault Trafic camperizada de quita y pon con alas de vinilo (a ojos de los demás), que nos permitió compaginar nuestros trabajos a jornada completa con sólo un día y medio libre a la semana (con suerte) con nuestras escapadas. Salir del curro a las tantas de la noche, cargar trastos, comida y perros, conducir hasta el sitio escogido y hacer noche allí o de camino, madrugar y disfrutar de una ruta senderista o de montaña, volver a la furgo a descansar y quizá hacer un poco de turismo por la tarde… Retornar al día siguiente para incorporarnos de nuevo al trabajo y a la rutina, por desgracia. Por desgracia también fue una época en la que abandonamos muchas saludables costumbres, entre ellas la de la página que, por unas cosas y otras dejó de tener sentido.

Pero lo cierto es que lo gozamos bastante, sobre todo en vacaciones (más de 12000 km de una sentada hasta Cabo Norte y vuelta, llegó a volar la dragona :D, además de otros vuelos más o menos largos por el norte de España) pero no tardó en quedársenos pequeño todo, la furgo, Cataluña y sobre todo las escapadas de día y medio con suerte…  Surgió entonces el proyecto de dejarlo todo para irnos a viajar por el mundo sin fecha de vuelta, viviendo de ahorros y lo que encontráramos (a poder ser a distancia) en una furgo un poco más grande.

Hicimos cálculos y previsiones… establecimos fechas y organizamos los pasos a seguir para llevar a cabo nuestro nuevo y loco proyecto… Y básicamente trabajamos y ahorramos como hormiguitas, sin descanso durante muuuuchos soles, con sus lunas. Dos sueldos mileuristas, un alquiler y gastos… quedaba margen para ir acumulando hasta llegar a un presupuesto con el que comer, mantenernos y conducir bastantes meses, además de un colchón suficiente para «empezar de cero» si era necesario.

Vendimos a nuestra querida Teme (aún notamos un pellizco en el corazón cuando nos cruzamos con una igual, hay que ver…) y llegó Peregrina, la borriquita con alas (una Iveco Daily del 2005). Le encontramos una buena cuadra (plaza en parking de autocaravanas) y seguimos trabajando y ahorrando durante un año más…

Estefa se certificó profesionalmente como socorrista de instalaciones acuáticas y se pluriempleó, currando como socorrista en una piscina al lado de su otro curro. Sara se formó y creó un negocio on-line, compatibilizándolo también con su otro trabajo…

Y llegó el día en que los números cuadraron: ya podíamos iniciar el proyecto y a la vida nómada… en mitad de una pandemia y situación social en la que parecía no tener mucho sentido dejar la «seguridad» de nuestros empleos de primera necesidad para vernos atrapadas en otro lugar… Decidimos ser valientes, pese a ello. Sabíamos que después vendría una crisis, pero no nos importó. Dejamos los trabajos, el piso de alquiler y vendimos todo lo superfluo. Llenamos la furgo y el 30 de Septiembre de 2020 cerramos aquella puerta y salimos al mundo.

Tras la visita a la tierra natal y la familia, a quienes no veíamos desde antes del coronavirus, comenzó nuestro viaje por España.

Empezamos por Soria. Muy poco después cerraban perimetralmente las comunidades autónomas y nos quedamos «encerradas» en Castilla y León. Cerraron las provincias y nos quedamos encerradas en Burgos. Pero incluso en ese encierro, nosotras encontramos la libertad.

Y ya no cuento más, descubridlo vosotros mismos 😉

aunque si queréis conocernos un poco mejor…