¿Por qué no tomo nada de alcohol pese a lo mucho que me gusta?

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Mira cómo reflexiono al calor de la vela y el tinto, qué plofunda que es una aiiing

Respuesta corta: porque cualquier cantidad de alcohol distinta de 0 afecta negativamente a mi bienestar físico, emocional y cognitivo, punto pelota.

Respuesta larga:

En mi entorno, a todo el mundo le choca que desde hace un tiempo haya dejado de consumir por completo bebidas alcohólicas pese a que hasta hace bien poco disfrutaba ocasionalmente de ellas, como todo quisqui. Bueno, hoy os quiero explicar por qué he dejado de beber alcohol, por más que me guste la cerveza triple malta, un buen tinto reserva, el whisky, el ron con cola o el mojito, entre otros… Como mucho tomo un sorbo o dos de un vaso ajeno, no más. Intento que mi consumo sea 0, el único realmente saludable.

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Y sin embargo ahí están, decorando mi cocina y recordándome lo buenas que están fresquitas…

Somos capaces de metabolizar en parte el etanol porque nuestros ancestros eran tan poco delicados en esto de sobrevivir que cuando encontraban fruta, se atiborraban sin miramientos y les daba igual si estaba pocha o no, por lo que tras muchos millones de años, se adaptaron a tolerar el hecho de comer fruta en “mal estado” (cuando una fruta se pasa de madura, fermenta y se generan alcoholes a partir de sus azúcares) logrando incluso obtener algo de beneficio desde el punto de vista energético. De esto hace más o menos 10 millones de años y las últimas teorías especulan sobre que pudo tener que ver con nuestra “bajada de los árboles” ya que es más probable encontrar fruta podrida en el suelo que en las copas.

Aquí iría que te cagas una foto de uno de los melocotoncillos arrugados y medio pochos que compramos en el Alcampo y tomé de postre la otra noche (en ausencia de kiwi), que llevaban semanas abandonados en el cajón de las verduras de la nevera porque sus compañeros supieron un poco a alcanfor en su día y nadie se atrevía con ellos. Pero no hice foto… sólo me los comí. Y la fermentación les había venido bien y sabían mejor que los primeros 😛 En su lugar os dejo esta:

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Si vais a pecar, Bruma os recomienda esta gran cerveza: Ambar Export de La Zaragozana

Reflexionemos un poco. Los primates empezaron a diversificarse hace 80 MILLONES de años, habitando fundamentalmente en las copas de los árboles y con dieta frugívora, hace 25 MILLONES de años comienzan a bajar de los árboles porque no les queda más remedio (cambio climático, menor cobertura vegetal etc etc) y se incrementa su consumo de fruta pocha (recogida del suelo), 15 MILLONES de años después empiezan a tolerar e incluso sacar algo de energía del “infortunio” de tener que consumir fruta podrida. Y ahora el colofón final: SÓLO hace 9000 años de que el ser humano comenzó a fermentar fruta a posta para obtener alcohol e intoxicarse adrede… Hay una gran diferencia entre comer un kilo de fruta fermentada con más etanol del deseable (¿cuánto, un 2-3%?) a meterse directamente en el cuerpo medio litro (dos vasos) de etanol+trazas de metanol (50% en un destilado).

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Raimat, el millor vi català que hem tastat fins ara

El alcohol es lo que es, una sustancia nociva y tóxica pasado el punto en el que el cuerpo es capaz de compensar sus efectos negativos que además genera dependencia. Nunca es inocuo, es un factor de estrés superior al que encontraríamos en condiciones naturales, que siempre requiere un esfuerzo fisiológico extra para impedir que cause daño y/o reparar el daño que causa. Y desde luego, aún no nos ha dado tiempo a desarrollar adaptaciones que nos permitan consumir bebidas alcohólicas sin que sus consecuencias negativas nos afecten… (ni las menos peligrosas como el vino, la cerveza, el sake…), por lo que los posibles beneficios no pueden compensar los efectos negativos directos. Actualmente, claro… si seguimos empeñándonos unos cuántos millones de años, seguro que  conseguimos adaptarnos…

Pero hoy día el alcohol NO ES BENEFICIOSO en ninguna cantidad (ni con moderación). Es tolerable hasta cierto punto en individuos sanos (y, repito, cualquier destilado va más allá del punto al que estamos adaptados, es decir, algunas piezas de fruta podrida) y lógicamente, esta tolerancia disminuye conforme uno envejece y/o su condición física empeora (o conforme más estrés crónico padezca). Beber alcohol NUNCA es saludable.

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Y causa fotos desafortunadas que jamás deberían ver la luz del sol, pero no sabes bien por qué no puedes evitar compartir públicamente

El alcohol deshidrata y produce diuresis, con la consecuente pérdida de vitaminas y minerales (electrolitos). Esto, unido a la vasodilatación, acelera la llegada de la fatiga y retrasa el tiempo de recuperación, empeorando la recomposición del tejido dañado. Si a esto le unimos que incrementa la degradación proteica… pues ejercicio físico y alcohol, no se llevan nada bien.

Pero nada, nada, bien: el alcohol, tras la inicial fase de euforia y desinhibición, produce una depresión del sistema nervioso que ralentiza los reflejos, disminuye la coordinación, la fuerza, y la potencia… Afecta negativamente al rendimiento y la resistencia. Por otro lado, el alcohol se metaboliza como energía y aunque no eleva excesivamente la insulina, bloquea la oxidación de las grasas para este fin (impide “quemar grasa” por lo que si no tenemos un metabolismo acelerado y realizamos suficiente/eficiente actividad, acumularemos grasa) y obstaculiza el metabolismo de otros nutrientes.

Afecta a la salud intestinal, que no es cosa de broma porque está directamente relacionada con nuestro bienestar y salud general. El alcohol se carga la mucosa intestinal y produce daños en el epitelio (lo quema e incluso causa hemorragia). Aumenta la permeabilidad a las toxinas por varias vías y altera la flora bacteriana (favoreciendo el crecimiento de bacterias chungas, gram negativas, en detrimento de las buenas, lactobacilos y bifidobacterias). Las bacterias gram negativas son precisamente las que producen endotoxinas, que con la función de barrera del intestino floja, pasan al torrente sanguíneo y a los órganos.

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Aaaains qué bien supo ese sorbito del vino de la casa en Abrasas (Blanes)

Se ha encontrado que consumir alcohol, aún tan moderadamente como un vasito al día, se relaciona significativamente con un aumento del riesgo al respecto de algunos tipos de cáncer (lo cual no quiere decir que cause cáncer, ojo cuidao) y pese a que las conclusiones de algunos estudios hayan indicado que algunos de los componentes de los fermentados alcohólicos podrían tener algún tipo de efecto cardioprotector y/o antioxidante (in vitro y en grandes cantidades), lo cierto es que disminuir su consumo se asocia a una mejor salud cardiovascular en muchos estudios.

Yo lo entiendo así: es como si dijéramos que golpear repetidamente el cráneo contra una pared podría tener algún efecto beneficioso como actividad física (ya que mejora algunos parámetros asociados a las bondades de este ejercicio, como pudiera ser fortalecer el cuello, incrementar la capacidad aeróbica, mejorar la coordinación y el sentido del ritmo… etc, etc) olvidando mencionar que está directamente asociado con el traumatismo cráneo-encefálico, los accidentes cerebro-vasculares y en fin, todo el repertorio de males que puede acarrear tamaña masoquista afición. Pues sí, dándote cabezazos contra la pared igual fortaleces el cuello… pero no parece muy sano para tu cráneo y tu encéfalo, no obstante.

Pero tú mismo oye… si hasta lo recomiendan los médicos, con moderación… X_D

(ups, o quizá ya no porque están cambiando las cosas :P).

En fin, dejo aquí mi alegato en contra del alcohol y mi justificación personal al respecto de no consumirlo. Espero que contribuya a la reflexión y sea de alguna utilidad para que nuestro criterio general no se base únicamente en las manipulaciones de un sector y un sistema económico que lucha por su supervivencia más que por nuestro bienestar.

Permitidme pues que lo repita una vez más, alto y claro: cuanto menos alcohol tomemos, mejor y lo ideal para vuestra salud es que sea 0.

raimat

Pero si decides perjudicarte, perjudícate con este 😉

6 comentarios en “¿Por qué no tomo nada de alcohol pese a lo mucho que me gusta?

  1. María José Delgado Robles dijo:

    Tefaaa eres una crack. Me encanta tu blog!! Y lo deportista que te has vuelto. Me flipa! Yo después de ser mamá llevo un año sin hacer deporte y no hay día en que no haya soñado con volver al gim, con salir a correr sola por la montaña… Mientras, me he conformado con verte andurrear por todos los senderos y colgarte de los árboles con tus zapatos de dedos! Afortunadamente mi peque empieza la guardería y disfrutaré de 4 maravillosas horas para mí. 😃😃

    Por cierto, a ver si algún día nombras en algún post nuestros paseos por el barranco cazando a la rana Ainhoa. Qué recuerdos!! Un abrazo

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    • Estefa dijo:

      Mariii! Tú sí que eres una crack, sobre todo buscando ranas, coño, no hay quien chille más fuerte cuando las ve jajaja. Tengo varias compis de curro y conocidas en tu misma situación, deseando tener tiempo y fuerzas para volver a tener un ratito de desconexión y re-conexión con ellas mismas recuperando la actividad física que tenían antes. Paciencia y a recuperar esa actividad en cuanto a los deberes y las responsabilidades de la maternidad te dejen un hueco para ti, que no hay mejor decisión que tomar por un hijo que la de durarle muchos años en buen estado de salud y feliz, incluso aunque le «robe» un poquito de tiempo a la semana 😛 Un abrazo enorme nena!!

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    • Estefa dijo:

      Bien dicho Antonio, que haberlas hailas y ciertos estilos de vida nos permiten recuperarlas… y afortunadamente, mantenerlas, porque no dependen de ninguna sustancia/costumbre que altere nuestro bienestar físico y emocional para mal. Muchas gracias por tu comentario 🙂

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  2. Juanma dijo:

    Hola Boss,

    Yo lo tengo mejor que tú, no añoro nada que no me guste, por ejemplo la cerveza. Nunca me ha gustado. Jamás de los jamases me podría acostumbrar a ese sabor agrio. Otras bebidas ‘espirituales’ simplemente no me da la real gana;nací cabezón.

    …siempre he dicho que tengo las preferencias gustativas de un infante.

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    • Estefa dijo:

      Si te digo la verdad, tampoco yo tengo un relación con las bebidas alcohólicas muy larga. Hace pocos años que empecé a permitirme tomar vino y cerveza de forma más o menos ocasional, tras descubrir que me gustaban lo suyo, pese a su sabor amargo. Hasta ese momento, como mucho había tomado alguna bebida (destilado con algo) muy muy esporádicamente o sorbos del vaso de alguien, por probar. A determinada edad yo sí perdí la aversión a los amargos y entonces entró en mi vida el café, el té, el pimiento verde, la horchata… y la cerveza, el vino y sus amigos aún más embriagadores XD Tú sigue haciéndole caso a tus papilas, que te llevan por buen camino 😉 sólo procura que tus papilas no te alejen de las verduras y hortalizas, que son la verdadera base de nuestra alimentación 😛

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